Cuando tengas miedo de volar,
cuando tengas miedo de arriesgar,
y las emociones te ahoguen
con hiel la garganta,
degolla al vampiro
que te ataca
y goza, goza,
sueña escandalosas
luciérnagas de alas blancas.
El miedo es amigo de incordiar.
Sorprende al más fiel, al atacar
con cruda osadía, con fatua alegría,
nobles corazones en la madrugada.
No tengas miedo muchacho,
vete al final del pasillo
-te veo un poco amarillo-
descarga todo tu empacho.
Grita y escupe dolores
renegando del bolsillo
de cucurucho sencillo
que te encubre los temores.
La náusea se irá pasando
en canciones que agonizan,
de vez en cuando
aterrizas
aterrizas
aterrizas.